viernes, 21 de marzo de 2014

Ácida dulzura.

-Es usted muy duro, señor. 
-Yo prefiero llamarlo... Ácido

Hace ya algún tiempo que te vi por primera vez en un bar cercano. Yo llevaba mi portátil antiguo, pesado, sin casi tiempo de batería, con tu contrato de edición y tus dudas resueltas en sonrisas. Te vi y no sé si me asusté un poco, o te pensé diferente. Eras extraño. Y no has dejado de serlo. Era medio día y yo tenía mil cosas que hacer. Ventilamos las dudas, el café y el lacao muy rápido, tan rápido que el sabor se dispersó en el aire.

Decidí acompañarte en el viaje, y demostraste día a día estar encantado. Empezaba la aventura, pintábamos entre los dos un cuadro para ti, que también me enamoraba a mí. Confié en ti, aunque de vez en cuando tu mirada me hiciese dudar. No te conocía de nada y estaba dando mucho... Pero al dártelo todo supe que te di lo que te merecías. Al volver a casa ese día, sonreí al pensar en tu ilusión, pero alguna vez me desvanecí de desesperación entre ciber-cafés y archivos en words. 
Una noche de tormenta, bañada no sólo en agua, sino también en sonrisas de vida, yo me subí a un escenario que amaba desde mucho antes, y sonreía enamorada al leer sus palabras. Ácido, miel. Dulce, limón. De repente me encontré abrasada por unos abrazos que aparecían cada vez que nos encontrábamos entre letras, y enganchada como nunca a unas aguas acaneladas y alimonadas nada mías, es más; todas suyas.
Pero es que de repente él sonríe, y escribe para que sonrían los demás, y renace como Ave Phoenix, y renace de verdad, con toda la fuerza, con todo el espíritu, con toda la vida por delante. Con sus poesías, sus diálogos subnormales, su amor por lo que ya no es, por las que ya no están, y por las que están siempre. Y de repente fuma, y exhala lo que no tiene para desearlo siempre, pero con una sonrisa se esfuma su humo, y, siempre... Aparece la magia.
Y por esto, aparece dulce, salado, ácido, incluso a veces agrio, agrio pasado, pero dulce, ácido... Pero limón, y miel... Canela, y humor. Humor, y amor.

Y, a mí, me encanta. Me encantas.