miércoles, 31 de agosto de 2011

Aprendiendo.

-Hola!
-Hola, qué tal?
-Entra, tenemos poco tiempo... Acomódate y prepárate, pezqueñina.
- Estoy muy nerviosa.
-No me digas? Lo sé, pero no te preocupes. Menos mal que has sonreído!
(Se ruboriza)
- Vale. Arranca.
...
- Te gusta, no?
-Sí.
-Vale... Vamos a subir el ritmo.
-No!
-Sí, sube el ritmo.
-Que no!
-Si no lo haces tú lo haré yo. Me quieres hacer caso!?
-Vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaale!
-Eso es... Así está bien, no?
-Tú sabrás, yo no entiendo de esto!
-Ay... qué angustias eres.
-Uffff...
-No pasa nada... Empezaremos de nuevo. Voy yo o vas tú?
-Yo, yo.. tengo que aprenderlo.
-Muy bien. No lo sueltes aún. Ahora. Genial.
-Lo he hecho bien?
-Sí!
-Menos mal. De qué te ríes?
-Mejor esto a que llore, no?
-Sí, pero no sé de qué te ríes.
-Tú también estás riendo...
-Es que me contagias, G!
-Ay, Pezqueñina...
-Deja de llamarme así!
-Pero si es lo que eres! No te salgas!!
-Lo siento...
-Todo por no hacerme caso!
-A partir de ahora voy a hacerte caso, vale?
-No te creo. Primero te quejas, gritas, y luego, si eso, me haces caso.
-Jolín, que no! Otra vez te partes.. es que me pones nerviosa!
-Yo? Tú ya venías nerviosa de casa! Acelera, hombre!
- Iba muy lenta?
-Un poco... Hay que darle un poco de vidilla al asunto, hombre!
...
-Te has vuelto a ruborizar...
-Y si me dices eso me ruborizo más... anda que ya te vale! A cualquiera que le cuente esto no me cree.
-No lo vas a contar...
-Lo sé, pero si lo contara no me creerían. Oye... aquello de los caballos que relinchan.. ya te vale.
-Es que te lo tomas todo muy a pecho. Muévete un poco.
-Así?
-sí.
-No me lo tomo a pecho, pero es que es muy fuerte. Te partes de nuevo.. no, si pasártelo bien te lo pasas... no lo puedes negar.
-Lo intento... y tú me lo pones fácil, también. Otra vez estás roja.. madre mía!
-Joo.. lo siento.
-Hoy pides perdón por todo.
-Lo sient.. Vaaaaaale!
-Vaaaaaaale! qué bueno.
...
-Joder, Joder, Joder... Frena, Mary, Frena!
-Perdón!
-Esa carita de niña traviesa... de verdad...
-Nos vemos mañana, no?
-Supongo.
-Siempre igual... ya te vale.
-Vete por la sombra!
-Hasta mañana!

viernes, 26 de agosto de 2011

Nada.

El tiempo había hecho ver a Nada que lo realmente importante no era tener a alguien ahí siempre, sino quizá no tener la necesidad de tenerlo. Había tenido muchos altibajos últimamente y ni siquiera sabía ciertamente por qué, ya que, teóricamente, era el momento de la calma, si cogemos como referente aquello de "después de la tormenta...". Ya había pasado la tormenta e incluso había echado de su vida a aquellas personas que habían hecho de aquella tormenta algo insoportable. La palabra era "echar"; totalmente. A patadas, a empujones, a navajazos incluso, Nada había echado de allí a su opresor, al violador de su intimidad y de su ego, al asesino de la Nada anterior. Le había echado casi inconscientemente, pero lo había hecho (por fin, pensarían algunos de sus amigos y familiares). Y ahora, cuando se supone que debería estar perfectamente, tiene unos altibajos un tanto extraños. Nada no sabía para qué servía. Durante el tiempo que había estado sin el "echado" había pensado que quizá para lo único que servía era para complacerle a él, y por eso todo había ido tan mal.. y por eso había terminado echándolo y, precisamente por eso, quizá se sentí mal ahora. Esa era la parte "bajo" de altibajo. Después había momentos, días quizá, en los que Nada se sentía pletórica; chicos que le iban detrás (de los que ella, mayoritariamente, pasaba), salidas con amigos y amigas que añoraba cuando no tenía alas, risas con amigos en sitios extraños... Ápices de felicidad, tal vez.
Nada se planteó si para ser feliz, completamente feliz, no tan sólo tener ápices de felicidad de vez en cuando, tenía que seguir siendo oprimida por algún opresor, fuese el "echado" o fuese otro. Lo habló con aquella amiga de la adolescencia, que por algún extraño motivo parecía entenderle a la perfección. Su amiga opinaba que Nada era una persona "de opresión", que necesitaba ser oprimida por alguien para ser feliz... Tan sólo es que con el "echado" la cosa había llegado a ser demasiado... Demasiado oprimida, quizá. Por un momento, Nada olvidó que estaban hablando de relaciones de pareja, dejando de tener en cuenta que una relación de pareja no tiene por qué ser una relación de opresión.
Sí, quizá ése fue el error de Nada, del "echado" y hasta de la amiga...
Quizá fuese cierto que Nada era una chica de pareja, que necesitaba tener ahí a alguien que le diera el cariño necesario, que encontrase en ella algo especial y que supiese devolvérselo, pero... Eso no tenía por qué ser opresión.
Pero Nada no llegó a esta conclusión. Nada pensaba en relación de pareja como sinónimo de opresión de pareja, en la que siempre hay un opresor y un oprimido; relaciones de poder, que las llamaría un capitalista, seguramente...
Pero Nada no se daba cuenta de que estaba equivocada. Que, si habiendo tenido una relación de ese tipo había tenido que echar al opresor para sentirse bien, ahora estaba cayendo precisamente en el mismo error... y no podía permitirlo!
Nada podía ser feliz sola, aunque seguramente fuese cierto lo del cariño, pero... ¿era un trueque justo vender la opresión a cambio del cariño?
No, no lo era. Y en lo más profundo, Nada lo sabía. Nada sabía que no era justo para ella, ni sano... ni normal, incluso.
Pero Nada tenía altibajos... Nada, en realidad, seguía siendo NADA.

lunes, 22 de agosto de 2011

Sortir a berenar i tornar per sopar.

M'aixec. Avui ha de venir la "chica del portátil pequeño". No t'oblidis de la seva tonteria de regal... Me dutxo i vesteixo i parteixo cap a l'estació. Està allà. Me la miro i la crid "estoy aquí!". Ens saludam, i record que ella és aquella al·lota que seu devora jo, que riu amb jo de tot el que ens arriba, que tecleja de manera constant i alegre, mentres fa llistes d'enamoraments platònics que deixen de ser-ho. Ella és també aquella capaç de fer que jo li conti coses íntimes, d'aquelles que no cont a ningú, d'aquelles que guard a un calaix i que em fan plorera; veu que em fan plorera, estic veient als seus ulls que veu que estic a punt de fer-ho, i ric, amb els ulls aquosos, sabent que ella sap que és una cosa que no cont a ningú. M'escolta tranquil·lament, fent-me saber que no me jutja, que intenta entendrer-me i que li preocupa el que li estic diguent. Ara és ella la que conta. Divagant entre gent important en la seva vida i gent que no ho és, m'explica coses que sent, que li han passat, i que li fan sentir malament, i que li fan sentir admirablement bé, i somriu.... Somriu. Se fa la llum; somriu. Els seus hoyuelos (com se diu en català?) me fan canviar totalment d'escenari. És misteriosa, pens mentres li explic allò de les dones misterioses, i la mir amb misteri. Ara riu mentres m'explica que un al·lot dels nostres (d'aquests anomenats "monos") li fa riure a un cotxe, i riu recordant-lo. Crec que és la única persona que realment entén allò del meu enamorament conceptual; allò del seu orgasme intel·lectual. Clar que sí. Ella ho ha d'entendre, fins i tot té un concepte sinònim! A més, quan l'estic parlant d'una situació o d'una persona que m'ha enamorat conceptualment, immediatament ho diu, i ho mostra. Sí, ella ho entén totalment. Ara anam a dinar d'ensalada. Xerram (inevitablement) sobre sensacions, persones, estudis... ja no sé ni de quantes coses hem xerrat (quina facilitat, eh!). M'enamor d'ella totalment (conceptualment, no comenceu a divagar). L'observo mentres en parla sobre l'autoestima d'una amiga seva, i diu que fot bronques súper boniques (aquelles que també em dóna a mí), i record que m'ha dit alguna vegada que li agrada això que jo faig. Puja la meva autoestima i somric.
No sé quantes hores duim aquí assegudes, parlant de sexe, de bloquejaments, d'al·lots meravellosos i de nines que fan créixer el "mal rollo" perquè sí. M'escolta. És una manera tan diferent d'escoltar a la gent. En silenci, me mira i, a vegades, comenta qualque cosa de les que he dit... Tens raó...
Més endavant anam caminant cap a la Gran Via (això és ser molt optimista), sense aturar mai de contar-nos coses, d'explicar-nos opinions i pensaments... Escoltant-nos... Seim a un altre banc. Ara parlam de relacions a distància i de que allò és bonic, que he disfrutat i que això és el que conta. M'aconsella el que he de fer amb allò, i amb aquell altre problema; amb el meu bloqueig i amb la meva autoestima, fins i tot el que hauria de fer amb la meva vida... I l'escolt suaument, mirant de tant en tant el seu collar; és tan ella..! (Quin sentit i quin poc sentit té aquesta afirmació).
Marxem cap a l'estació... Ens acomiadam; m'abraça i em dóna les gràcies (gràcies que encara no entenc). Se'n va. La mir i escolt "adéu, guapa"... I ho pens...
Se'n va...
Torn a ca meva... Just per sopar (bueno, i per discutir de papistes i coses vàries).

Gràcies, gràcies i gràcies... No tenc res més a dir, chica del portátil pequeño, chica de los hoyuelos elegantes, chica que me escucha... y chica a la que echaré tantísimo de menos...

Jo crec que mai deixarà d'alegrar la vida a la gent amb tot això...

viernes, 19 de agosto de 2011

Locuras.

No sabía si era amor o algo parecido. Había oído hablar de ello; piensas mucho en esa persona, la buscas, la miras en fotos, la oyes... La idealizas.
Te fijas en cada gesto, en cada mínimo movimiento de su cuerpo, en cada sonrisa; cada vez que mueve sus manos, o que hace una mueca, inconscientemente o no. No puedes evitar sonreírle cada vez que le ves, e incluso no puedes evitar sonreír cada vez que sabes algo de esa persona. Te entristeces cuando le pasa algo malo y te preocupas si no sabes nada. Quizá, si ya lo has tenido junto a ti, le echas de menos entre tus brazos, o echas de menos tus brazos rodeándote a ti. Reconoces cada palabra suya, cada gesto y cada mirada, y lo reconocerías incluso por el olor, si me apuras.
El amor... Conceptual o no... El amor. Si estás enamorado o enamorada no ves defectos en aquella persona; no los tiene (No hablaba de relaciones, como veis). A veces el amor se traducía en embelesamientos profundos cuando te miraba; no sabías cómo reaccionar. Te molestaba que alguien se metiese con esa persona, aunque tuviese razón, y por mal que te tratase, tú no lo veías. Podías dar la vida por él o ella, y era necesario que él la diese por ti, aunque no en ese preciso momento. Todos el tiempo que pasaras a su lado era poco; eran instantes disfrazados de horas. Ansiabas volver a verle, aunque eras consciente de que quizá él a ti no. Sabías cuando llegaba por el sonido de sus pasos, o porque se acercaba una nube de aquel olor característico. Cuando pensabas en él tus ojos te delataban, y siempre había alguien que te preguntaba... y te ruborizabas.
Para ella, éso era el amor. Ella tenía 15 años, claro. Aún soñaba con su "príncipe azul" y aún no sabía que todo aquello, era más que eso.
Más adelante, se dio cuenta de que, manteniendo su visión infantil ante la vida, aún se seguía fijando en todos los gestos y las miradas, y que aún sonreía cuando sabía algo de él o de ella, y cuando le veía! Qué leches! Estaba enamorada? Pero... si es que a veces lo idealizo mucho, pero a veces a él también, y a ella... Hasta se me achican (ay, África) los ojos cuando pienso en ellos...
Estoy... Enamo... enamorada? pero, pe, pero... ¿de quién? No, no, espera. De quién no es la pregunta.. De qué? A veces pienso en Rufi y se me achica la mirada, y a veces no paro de pensar en aquella carta... Además, creo que tengo a mi profesor muy idealizado... Sí, es cierto. Esto era estar enamorado para mí con 15 años... Hoy aún no sé qué es el amor, pero... pero si el amor fuese aquello... Yo, hoy... Estaría enamorada... de todo! Vale, quizá el problema esté en la definición de amor. Creo que aún no la he cambiado. No, puede que el problema esté en el propio concepto; creo que no tengo la palabra correcta para definirlo... Creo que... sí, exacto. Eso es... soy un genio! bueno, no.. genio sería si, además de encontrar el problema, lo hubiese solucionado.
Pero... vamos a ver. Sí, las palabras son muy importantes. De hecho, esto que estoy creando ahora mismo son palabras, pero... Es que es lo que siento. No sé cómo llamarlo, pero es lo que siento... Yo, sí. Claro. Ahora entiendo por qué la gente no suele entenderlo. No sé explicarlo, no sé expresarlo; no sé compartirlo... Quizá... quizá sea algo tan mío que sea incomunicable (Kant..?). No. Quizá... Quizá esté loca. Sí, eso es... Estoy loca.


martes, 16 de agosto de 2011

Desde las periferias de tu piel, por Daniel Cirer.

Las fronteras hoy no existen,
sólo estamos tú y yo,
ve quitándote la ropa
y túmbate, vale, mi amor?

Espérame, así desnuda...
cierra los ojos...relájate...
Respira hondo y tan sólo escucha...
conseguiré erizar tu piel.

Abre la boca y no digas nada...
prueba la mía y desea más,
deja que ponga un pelín de nata,
trágatela mientras lo veo...
y mis manos de paseo
por los muslos, por el vientre...
amoldándose a tus pechos
ya bien duros y calientes,
recorriendo con la lengua
desde el cuello hasta el ombligo...
tú pondrás el plato fuerte...
y tengo hambre.... ya te lo digo...
córrete bien en mi boca...
no te preocupes, no tengo prisa...
me encanta volverte loca
mientras retuerces una almohada
y te pones colorada... y toda pareces poca,
porque te bebo y no te me agotas...
pero tan sólo deseo más
y te he de sujetar....
entonces me empapas la cara...
y te derramas en mi garganta...
Me subo y te doy un beso...
me miras y te atravieso...
empujo mientras me abrazas,
con los brazos y con las piernas,
te abres a mí y pides más...
y yo perdido por ese cuello,
tu boca, tus ojos...por todo ello...
y los gemidos son linternas
que delatan qué sentimos
exigiendo subir el ritmo
porque pronto va a llegar...
pero no..............te doy la vuelta....
a cuatro patas tú eres yegua,
yo tu jinete y a cabalgar....
y te azoto mientras gimes,
te pregunto si te gusta
y me respondes: "sigue, sigue"...
echada hacia adelante,
ya tumbada por completo,
sigo en ello sobre ti
empujando mientras gritas...
tus manos en la pared
y te vas a no se dónde....
y es entonces, vida mía, cuando ya no puedo más...
mi cuerpo se estremece justo antes de estallar...

Abre la boca y no digas nada...
deja que ponga un pelín de nata,
y trágatela mientras lo veo...


Daniel Cirer (Poemas a Medida).
Gracias.

Mar en calma, por Daniel Cirer.

Velas, incienso...
Vale: ya está.

Hola, preciosa... (K)
Que ya me hacías falta.... :)

Hoy seré tu pececito,
¿Quieres ser mi mar en calma?
¿Sí?....(K)... Pues túmbate infinita
y no te caigas de la cama
porque juegue divertido
a nadar bajo tu falda.

Shhhhhhhht.... (K) Estate quieta...
¿No recuerdas?...: mar en calma...(K)
Mira al cielo...
¿Es azul?
¿Sí?
Estás mojada... y no ha llovido... ^^
Shhhhhht...: mar en calma... XD ...(K)
Nadaré más despacito, ¿Vale?...
No hay coral... Es todo suave...
Qué profundo es este mar...
Sigo nadando, sigo nadando... Sigo nadando.
Mar caliente... mmmm... Tropical... :D
¡Uy!... ¿Qué ha pasado?
¿Te ha entrado la risa tonta?.... xD
Shhhhht....: mar en caaalma...
Deja que explore.
Sigo nadando, sigo nadando... Sigo nadando.
Vaya... Este mar no es muy salado...¿No?...
A ver...
mmm... No... No es muy salado... :P
Shhhhhhht... Mar en calma...
Ahora sí; ya eres agua:

Ponte cielo sobre mí
y libera tempestades,
grita fuerte sin decir
absolutamente nada,
con tus manos en mi pecho,
las riendas de un corcel;
llueve, llueve, vida mía y...
Shhhhht... Mar en calma...
Respira... Respira, ojos bonitos.
¿Sabes qué?.....(K)
Que aún tengo sed:
Tú horizonte boca abajo,
yo el vaivén de altas olas,
rompo en ti con todo el cuerpo
y en tu espalda mi sudor,
y no gritas de dolor,
porque puesto ya en cuclillas
entro en ti mucho mejor...

-Di...¿Quién es tu pececito?
¿Quién te nada como yo?
Di mi nombre, vida mía,
di mi nombre, por favor.-
Y te agarro por el pelo,
así escucho lo que gritas...
-¿Quieres lluvia, sirenita?
¿O sentir cómo palpita?-
Y tu mano es quien me dice:
-No te saques. No, mi amor.-
Pues flotando quedo yo...
Ya acabó la tempestad...
Ahora soy yo quien te cubre...(K)
Silencio, calor, humedad...(K)
-¿Sabes qué?... Luego te lo digo...(K)
Ahora, shhhhht......... Mar en calma.-
Daniel Cirer (Poemas a Medida)
Gracias, labios bonitos.

domingo, 14 de agosto de 2011

Mañanas de dioses.


Nüwa observaba la placidez con la que Fuxi dormía. Plácidamente, Fuxi dormía inconsciente hacia la mirada de Nüwa. No hacía más de treinta minutos que ella había despertado, se había mirado en un espejo y había vuelto al lecho junto a él. Ahora ella le miraba con ternura, vestida sólo por unas braguitas y deseo. Aguardaba cuál leona a su presa, esperando que ésta quedase totalmente noqueada, que en este caso podría incluso ser sinónimo de prendada, enamorada, embelesada. Hoy Nüwa se sentía bien. Estaba casi desnuda y, sin embargo, no sentía deseos de taparse, sino todo lo contrario. Hoy quería desnudarse, mostrar su cuerpo, hacer de él algo bello, hacer con él algo deseado. Fuxi aún estaba dormido. La diosa pensaba que quizá él estuviese soñando algo bello, o quizá todo lo contrario. Se mueve. Con un fugaz y perfecto gesto, su Fuxi cambia de posición, y ahora está de perfil hacia ella; estaría mirándola si no estuviese dormido. Ella sonríe, no puede evitarlo. No queda mucho tiempo para que Fuxi despierte y la vea así; esperándole, cuál leona a punto de cazar la mejor pieza de la selva. Nüwa, sin dejar de observarle, imagina qué pasará cuando despierte...
Fuxi abre los ojos. La mira con aquella viva mirada que la cautivó días antes. Se sorprende de verla así, como muestra ese gesto, acompañado de aquella peculiar exclamación que ha empezado a tomar sentido después de conocerle. Nüwa le da los buenos días, sonriente. "Has dormido bien?". Él no contesta, se limita a mirarla, desnuda. No sabe qué hacer, quizá no sabe qué está pasando. Nüwa no puede más... ése es el momento que estaba esperando, y los momentos desaparecen enseguida! Sin dejar de mirar sus ojos, se acerca a su cara, empieza a notar su acanelado aliento. En menos de un segundo sus labios se están rozando, creando mundos nuevos, creando sensaciones inimaginables, sin embargo, Nüwa ha sentido cada uno de los matices de su aliento, cada uno de los colores de las grietas de sus labios, cada uno de los poros de su piel... Y le besa. Le besa como si no hubiese mañana, como si, realmente, mañana ya no estuviesen juntos. Recuerdo que antes había dicho que Fuxi abrió los ojos, pero no es hasta éste momento que él despierta. Despierta totalmente. Despierta su cuerpo, despierta su cerebro y despierta su deseo. Fuxi besa el cuello de Nüwa, aunque ahora ya no importa quién recibe y quién regala. Nüwa siente, disfruta, sueña y sonríe. Se abre totalmente a Fuxi, que hace mar en aquellas aguas poco profundas. Ella, sentada sobre él, es incapaz de dejar de mirarle, mientras que él, por su parte, es incapaz de separar sus manos del cuerpo de su compañera. Nüwa llueve sobre él. Él se estremece y quiere y no quiere llover sobre ella. La coge fuerte de la cintura, llevándola ahora a su terreno. Finalmente Fuxi, que no ha podido evitarlo, crea mundos diferentes en el interior de Nüwa, protagonista de aquellos placenteros gemidos... Se miran, se abrazan, y viven.
Fuxi despierta. He de irme. Nüwa desiste... era imposible. La mira, risueño... "Joder, y ahora qué hacemos?" dice clavando en su cintura aquel destello vivo. Su cintura. Es comprensible que no importe ahora. Es comprensible que ahora, todo lo que la mente de Nüwa ha creado, se desvanezca. Es comprensible que dejen de ser dioses ahora para volver a ser personas. Es comprensible que Fuxi, sin saber a qué ha estado expuesto, no entienda la cara de Nüwa. Fuxi no sabe que es Fuxi. Nüwa vuelve a ser ella y a dejar de llamarle Fuxi a él.
Aquella mañana... la mañana en la que ella quería ser diosa, la mañana en la que ella esperaba superarlo todo, la mañana en la que nada pudo ser, pero todo pudo ser imaginado.
Espera... Tenemos toda la vida para hacerlo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Susurros de cremón.


El frío de su pincel eriza la piel de ella de tan alegre manera que no parece real. Ha cogido un avión (después de haber intentado imprimir una hoja valorada en 41.65€) para sentir pinceles sobre su piel. Llama minutos antes de verle la cara, y escucha su voz, que le dice que siga a la masa, como ya ella está haciendo. De repente le ve; es él, no cabe duda...
-Hola!!
-Hola!! ¿qué tal?
Ella empieza a contarle la odisea del aeropuerto, riendo mientras se queja de lo "ladrones que son", y mientras mira disimuladamente su pelo, su boca y su lunar. Buscan un baño que no encuentran. Encuentran quizá, un metro que no buscan, y miradas y conversaciones que quizá esperaban, pero que los ruboriza. Ya en el escenario principal, coge sus herramientas, y trabaja, siendo fotografiado desde múltiples ángulos, e idealizado como el primer día (aquel).
Ella, tumbada bocabajo, relajada totalmente (casi totalmente), siente como el pincel acaricia su piel, suave y fríamente, dibujando y desdibujando manchas que forman tortugas, y tortugas formadas por manchas. Respira hondo porque sabe que es una experiencia única, como más adelante le recordará él, y recuerda las ganas que tenía de llegar. Qué fácil ha sido. Lo hemos decidido, y aquí estamos... Se lo dice; quién nos iba a decir hace dos semanas... y él, pintando, sonríe. Tienes razón. Ella cierra los ojos y siente. No sabe qué está dibujando y ni siquiera quiere imaginarlo, sólo disfrutarlo. Sabe que le va a gustar, pero es lo que menos le importa. Está allí, a kilómetros y kilómetros de su casa, en "casa", como diría él. Cierra los ojos y siente. Cierra los ojos y olvida, por un segundo, quién es y qué hace allí. Cierra los ojos y disfruta del momento; de ése momento. Y es en ese momento en el que ella, ahora totalmente relajada, se da cuenta de que es capaz de volar, de una vez por todas, aunque no físicamente (aún no, poco a poco), pero sí emocionalmente.
Él le hace fotos. Hace fotos a su verdosa creación y, suavemente, la pone contra la pared; estira los brazos hacia arriba. Estira los brazos y, como un acto reflejo, abre las piernas, desnudas, y oye decir: joder...
Ella sonríe, con la cara entre los brazos, mientras oye el obturador de la cámara, y se estremece.
Salen de la habitación de la luz blanca que, en realidad, no es más que un baño; él, con la cámara en la mano y su pensamiento en ella, y ella, pensando si, por fin, será capaz de volar, esta vez, también físicamente...