lunes, 18 de febrero de 2019

La única historia de amor verdadera es la nuestra

Se despertó envuelta en un halo de deseo, su pelo enmarañado de anhelo. Abrió los ojos y sintió su interior ardiendo, absorbiendo toda su energía. Necesitaba recolectar todo aquel deseo, de tantos días, de tantas horas, de tanto efímero y de tanto eterno... amor propio. 


Se masturbó más veces de las que pudo contar. No pudo evitarlo, no sabía si estaba soñando, si estaba despierta, si sería capaz de recordarlo mañana... pero se amó. Se amó con poesía, con sus manos, su piel desnuda, envuelta en sus suaves sábanas, siempre solitarias. Nadie estaba allí para verla, nadie la sentía, nadie sentía su piel erizarse alborotada, existiendo sin existir, sin ser percibida. Sintió desde el corazón de su clítoris, desde la manera más adulta de su vida. Se reconoció hembra, fémina en orgasmos, y se quiso como nunca antes había experimentado. 


Unas horas más tarde estaba agotada. Agotada de sentirse, salvaje al amarse, abrió los ojos y miró el techo de su habitación. No había nada más que su placer flotando en aquel aire espeso, las ventanas y las puertas cerradas. 


martes, 12 de febrero de 2019

Adicción

Hicimos el amor
 como si se nos fuera la vida. 

Su mente estaba tan abierta
que mi piel reaccionaba al instante. 

Mi edad adulta, madura
él, joven y trémulo.

Al principio, 
trémulo. 

Dos años después,
me había aprendido hasta el alma

¿Dos? 
¿Dos años?

No, joder. No
Dos años, no. 

-Amor
-Dime

¿Amor? 
Como si se nos fuera la vida,

desde la boca hasta el alma.