martes, 23 de noviembre de 2010

prototipos? NO! Sensaciones...

Sigo recordando aquella mirada de gozo (que no placer) en una clase mientras percibo sensaciones muy diferentes. Entro en un bar y miro a la camarera. Estoy en clase y oigo teclas constantemente y sonrío. Miro a un profesor que me ha oído (sin yo querer) hablar bien de su asignatura con un compañero, y sonríe. Disfruto en una clase de antropología y sigo pensando que hay esperanza para todo. Hablo con alguien en un coche de muchas cosas, y no nos da tiempo a hablar de todo, y nos echamos de menos. Alguien me da las gracias por simplemente preguntarle como está, y se enfada conmigo si yo lo paso mal. Tiemblo en una pizzería jerezana y nos da un ataque de risa "terremotero". Le digo a las personas importantes de mi vida que lo son, y sonríen y algunos (alguna) no se lo cree, y pregunta, y pregunta el por qué. Y están pendientes de mí. Y se preocupan de si lo paso bien o mal, aunque, a veces, no quepa en su vida. Miro unos ojos verdes en el tren, y, sin siquiera saber de qué me está hablando, los veo bonitos. Un amigo de la camarera dice que es muy divertido, y lo pienso, y me río. Recuerdo besos añorados y quiero volver a atrás. Cotilleo con unos ojos negros y recuerdo lo importante que fue (es) en mi vida. La siento cerca. Me preguntan por prototipos y no sé qué contestar. Me gusta la sensación efímera que causa una caricia involuntaria. Adoro sentir que me estás mirando. Disfruto pensando que puedo disfrutar. Amo el recuerdo. Recuerdo esas manos infantiles; compañera de clase... tan inocente, pero tan poco inocente. Recuerdo esos ojos negros; tan complacientes, pero tan poco míos, y tan míos a la vez. Recuerdo también esos gestos de sus manos mientras explicaba que le enKantaba Kant, y recuerdo su mirada y el temblor de su voz cuando recitaba su (nuestra) poesía. Recuerdo también el sonido de su voz cuando me decía que me amaba los primeros meses. Recuerdo haber pensado que me encantaba cuando fue al baño hace casi un año. Recuerdo un abrazo pequeño, de una niña de 10 años que me adora, y que adoro. Recuerdo un infantil "tú te imaginas...?". Recuerdo unos viejitos ojos azules que me miran y me dan las gracias por un libro y un mechero. Recuerdo una mamá Juana que llora. Recuerdo una madre que se preocupa porque tome las medicinas del estómago y un padre que ha cambiado, que ahora es padre. Recuerdo una niña risueña a la que yo quería, y que ahora vive enmascarada tras un ordenador. Recuerdo un pelo largo, negro y rizado que bailaba a mi alrededor y que hizo que mi tortuga se llamase como se llama. Recuerdo una primera vez efímera y placentera. Recuerdo unas manos gigantes que calentaban las mías y recuerdo que yo intentaba calentar unas pequeñas y me congelaba. Recuerdo ese destello de ilusión cuando dabas clase. Recuerdo esa sonrisa cuando me viste después de tanto tiempo, ojos negros. Recuedo un amor juvenil que me hizo aceptar una hija como mía. Recuerdo un primer año desastroso en la universidad y unos profesores rubios y de ojos azules. Recuerdo una infancia jerezana y recuerdo un tío con gastroenteritis. Recuerdo un niño con dientes separados y me veo a mí misma. Recuerdo un hermano que me tiraba los juguetes y recuerdo una "nana del bastón" que decía "estúpida" a la que le gastaba bromas con gatos de peluche. Recuerdo a un "mejor amigo" con placa de plata y abrazos. Recuerdo una rubia que siempre me hace escribir, recordar todo lo que recuerdo. Y recuerdo que ya nada será lo mismo, y que espero que no lo sea... En ningún aspecto.
Y recuerdo el amor. Y recuerdo que estoy enamorada de todo lo que recuerdo, y me doy cuenta de que, cuando estoy tan enamorada como ahora, sólo recuerdo lo que me enamora... y menos mal.
Gracias a todos los que formais parte de mi enamoramiento conceptual.

martes, 9 de noviembre de 2010

sueño. deseo... ¿amor?

Intento dormir y tú ya estás durmiendo. No puedo ni cerrar los ojos. Me ha impactado mucho todo esto que he sentido y mis lágrimas siguen brotando de mis ojos. Tú roncas. Me recuerda a aquella típica escena de película americana (o de Los Simpson) en la que la mujer (Marge) no puede dormir por los ronquidos del hombre. No puedo dormir y roncas. Pero no son tus ronquidos los que me impiden el sueño. No. Eres tú. La forma que has tenido de tratarme toda esta noche... La incapacidad de decirme a mí misma que no puedo más con esta situación. Es deseo, dices tú, sí, es muy bonito, pero debería haber algo más. Te ciegas de tal manera que parece que yo sólo existiese para satisfacerte a ti, y sólo en ese ámbito. Lo entiendo. Entiendo perfectamente tu deseo, tu ansia... pero también siento. Y también pienso que tú deberías entenderme, intentarlo simplemente, quizá. Sabes perfectamente que no estoy en el mejor de mis momentos y, lejos de intentar ayudarme a solucionarlo, me das más problemas. Problemas que no serían tal si al menos me dieras tu opinión con un poco de respeto, y no con ese pasotismo frente a mí.
-Pero que soy yo, por favor, trátame bien, que soy yo...
-...
-Tú no eres la persona de la que yo me enamoré.
-Es lo que hay.
Pues si es lo que hay yo no quiero que lo haya. Si es lo que hay hasta aquí hemos llegado. Creo que he hecho demasiado por todo esto, y parece que no sirve de nada. Si es lo que hay yo no me puedo dejar humillar de esa manera; yo soy algo más que un cuerpo, también siento y pienso, y mucho, mucho más de lo que lo hago con el cuerpo. Y estoy harta de decírtelo, por eso mismo es la última vez que lo digo.
y si tanto te importa, supongo que harás algo. y si no, pues ha sido un placer.