lunes, 27 de febrero de 2012

Lágrimas de amor inventado.

-Dime cómo ves el mundo, a qué huelen tus nubes, a qué sabe tu comida, qué sensación te causa tu canción favorita, qué sientes cuando alguien te acaricia, cómo es tu dolor, cómo oyes mi voz... Anda, dímelo, que desde mi subjetividad no puedo entenderlo.-
Alguien llora porque el supuesto amor de su vida le rechaza, una vez más. Una vez más le rechaza, y también una vez más llora. Hoy, después de todo, yo no puedo entenderla. Ha vivido una pseudohistoria de amor con él; se han separado, han vuelto, se han separado. Se han amado, de la manera que sea; a su manera, pero lo han hecho. Han practicado sexo, a la manera de ella, a la manera de él, de la manera que el medio les ha permitido, pero lo han practicado. Se han enamorado, quizá, de la representación del otro; siempre nos enamoramos de la representación subjetiva que uno mismo hace de la otra persona, pero en su caso, esto es aún más cierto. Nunca se han podido dar un beso, nunca ella recibió una caricia de él y nunca él sintió la piel de ella rozando su espalda. Es en este sentido, más que nunca, que se han enamorado de una foto, de unas palabras escritas, leídas, de una sonrisa congelada en una web cam; de la representación social que aquella persona quiso mostrar. No voy a cuestionar si era o no era amor, si lo es o no; todo depende del criterio, del concepto de "amor" que cada persona tenga (esto no quiere decir que para mí no sea amor, sino simplemente que, bajo mi punto de vista, sería discutible). He (hemos) visto y vivido muchas rupturas de relaciones, en primera o en tercera persona, y todas -aunque algunas más que otras- son un tanto traumáticas. Sin embargo, hoy te ha tocado a ti. Sin embargo hoy, por esa persona que supo darte amor de lejos (y no voy a decir eso de felices los cuatro), te toca mojar la cama, esta vez con lágrimas. La vida es también esto. Es duda, indecisión hacia la propia vida, hacia el yo, hacia los sentimientos propios. Es amor invisible, dolor y sonrisas, amor y quizá, en algunos casos, odio, repulsión. Es creer que lo que te pasa a ti no le pasa a nadie, pero sentirte identificado con cada historia. Es, también, enamorarse de cada detalle de la vida; de cada sonrisa del limonero, de cada sonrisa de él, de ella, de cada mirada sexual y de cada poro de la piel de un desconocido. Es llorar de dolor hoy, sonreír de amor mañana. Pero también es, por supuesto, estar ahí siempre, con esa persona, aunque hoy no sea capaz de entenderla, de ponerme en su lugar, como debería hacer. Hoy, le toca a ella llorar por un amor inventado en la red, y a mí, hoy, apoyar la invención, apoyar la amistad. La vida, por tanto, es también perder, ganar, simultáneamente, dudar, llorar y reír, tener claro y que se te venga todo abajo en un segundo; ser amiga, ser persona, querer, quererte y quererme. Estar, siempre, ahí... Ser ahí.

lunes, 13 de febrero de 2012

Absurdo con significado.

Un paso más. Hemos llegado. Parece mentira. Gente de diferentes lugares traman planes que terminan convirtiéndose en historias. Ciudadanos de un lugar llamado mundo. Alguien sonríe. Hace frío, lo sentimos todos. La curiosidad es el principio de todo. Curiosa, te miro. El sol brilla con fuerza, pero hace frío. No sabes lo bien que te sienta la sonrisa. No es imposible. Ser feliz. Te llama la vida. Vivo. Todas las estaciones están cubiertas por la famosa nieve. Mallorca. Playa, sol y nieve. Precioso. Frío. Nunca me había parado a mirar cuán lentamente caen los copos de nieve. Lento. Con frío, todo se hace más lentamente; incluso nevar. Nieva, blanco. Huellas negras sobre un fondo blanco. Oigo, en el tren, risas animadas. Sonrío, con el rumor de la risa en mi mente, y tu sonrisa frente a mí. Hoy hemos hablado de los Bushman (|-kung). Subiendo y bajando las mismas escaleras, pero distintas voces, distintas miradas y sonrisas, distintas mentes, distinta gente. Yo. Suerte que te veo. Hoy no tengo tiempo. ¿Mañana? Tampoco. No, no me molesta no tenerlo. Al contrario; hago lo que me gusta. Bailo. Cardio-sensorial. Que siente miedo, que le da pánico. Inspiro. Seduzco. Sugiero. Envío, fotografío. Acompaño, cuido. Agua. Blanco, nieve. Canciones, sonrisas. Caras conocidas y desconocidas. Más sonrisas. Una lágrima. Arena, nieve. Fotos rechazadas. Palabras. Más canciones. Letras. Letras. Más letras. Libros. Textos. Valentía; caída. Recuperación; valentía. Andar. Tren. Bolsillos llenos de ilusión. Nieve, nuevamente. Hambre, sed. Indignación; mantas, calefacción. Recuerdo ojos verdes emocionados. Sonrisas que se desvanecen en una lágrima. Existencias, potencias. Sueños 'saxofonísticos'. Flores azules. Coches que se pierden en las esquinas de mi deseo, lilas, rojos... Lilas. Lenguaje absurdo. Significado, amor. Frío. Oxímoron. Playa, nieve. Sonrisa, lágrima. Azules ideas incoloras. Reír, por no llorar, pero reír, al fin y al cabo. Lengua, manos, dedos, cuerpo. Cuerpo, dedos, manos, lengua. Lengua, manos... dedos, cuerpo. Ego juego, luego fuego. Arròs brut. Peligro. Juego. Fuego. Internet, teléfono, fotos, pechos, pene. Verano. Vida. Felicidad. Un chico triste, emocionado, con erecciones y remordimientos. Público, fotos... Te pone, me pongo. Canciones veraniegas, años pasados. Conciertos memorables. Chicas preciosas. Vida triste, vida feliz... Vida. Niño perdido llorando entre el gentío. Festival de pezones. Piel morena. Blanco, nieve. Enero, febrero. Enero en la playa. Cumpleaños. Niños riendo. Lloran. Ríen.



viernes, 10 de febrero de 2012

El frío, la manta, lo público y la democracia.

El frío, la manta, lo público y la democracia.
J. Jesús Camargo
Acompañar a mi hija y dejarla cerca de la puerta del instituto, en estas frías mañanas de febrero, de recortes, desahucios, y corazones resquebrajados, y sin trabajo, (soy profesor de instituto en el paro), me deleita, enorgullece, y emociona (a veces con recuerdos que destellan en mis ojos) el hecho de poder llevar a mi hija al espacio público, al espacio de libertad donde personas, la mayoría con vocación innata, enseñan a mi hija a aprender, a saber, a llorar, a reír, a sufrir, a amar la libertad, las palabras, la ciencia, a pensar…como ya hicieron conmigo, fraguando y cimentando aquel que en un futuro, que se escarcha en presente entre mis manos ya, dibujaría el intento de un mundo mejor para sus hijos.
Pero no puedo evitar al despedirme de mi hija constatar que lleva consigo algo que nunca llevé yo jamás: una manta. En el instituto de educación secundaria de Santanyí, Mallorca, no hay calefacción, no funciona un baño (y no hay dinero para que se arregle a corto plazo), no hay folios, no hay agua corriente…es absolutamente vergonzoso e indignante. Se deben más de 30.000 euros al instituto desde la Conselleria de educación y no parece que se vaya a sufragar la deuda a corto plazo. El invierno recrudece. En Mallorca acarician las mañanas de blanco.
Detrás de los impagos, de los recortes (hachazos ya), se esconde la materialización de la ideología neoliberal que impera en el mundo. Una ideología que ya empezó a esbozarse en las decisiones de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Despidos de trabajadores públicos, recortes en la escuela pública, aumento de presupuesto a la concertada…
Así, el papel de la administración pública a la hora de garantizar las necesidades básicas, es decir las de Educación y Sanidad, se limita, se congela y dejando los servicios públicos ya al borde del abismo. Violando así derechos básicos y fundamentales de los seres humanos, es decir los Derechos Humanos que encontramos en la Declaración de los DDHH de 1948, en sus artículos 22 y 26. Es decir, el derecho a una educación y a una Sanidad no gratuitas, porque las pagamos solidariamente entre todos a través de nuestros impuestos (¿o quizás deberíamos también nosotros dejar de pagar nuestros impuestos como la administración deja de pagar lo que le es debido?), sino universales y dignas. El precio, por tanto, del sistema neoliberal lo están pagando los ciudadanos y ciudadanas, y en este caso nuestros hijos e hijas.
Si permitimos que los espacios públicos se devalúen, y se degradan frente a nuestra mirada que implora nada, narcotizados y anestesiados. Corremos el riesgo, con consecuencias terribles a medio y largo plazo, de perder el sentido de ser conscientes de la importancia de que los intereses, las necesidades y los sueños en común deben estar por encima de los intereses individuales y el beneficio particular. Porque la privatización de lo público, o el camino hacia ella, nos llevará a la privatización de nuestras mentes y conciencias.
No podemos permitir que nos engañen los paladines del pensamiento único, el de los recortes y la austeridad. Que no nos engañen con las supuestas virtudes de la desregulación, la bajada de impuestos a los que más tienen, o el Estado mínimo como el ideal político a perseguir.
Necesitamos de manera urgente, antes de que sea demasiado tarde, de una acción colectiva para luchar por una tributación progresiva para que sea posible la financiación de la Seguridad social, del servicio público, es decir de la Sanidad y la Educación.
No podemos admitir la reducción paulatina del presupuesto para la Educación pública que se está llevando a cabo en todas las partidas de todas las comunidades autónomas del Estado. Cuando paradójicamente aumenta, a su vez, el presupuesto para las escuelas concertadas, sobre todo de forma más aguda y denigrante en la comunidad de Madrid.
Debemos ser conscientes de que los servicios públicos son los que nos llevarán a garantizar el pleno ejercicio de los derechos básicos de todos los ciudadanos y ciudadanas, y así avanzar sin cesar hacia una sociedad solidaria, empática y tolerante con el Otro.
Los gobernantes deben ser conscientes de que encarnan el servicio público, porque como Aristóteles nos recordaba, sólo hace casi veinticuatro siglos, que un gobierno que ejerce sólo por su interés es despótico, y el que ejerce en interés de sus gobernados es el de los seres humanos libres.
Así, también, como nos recuerdo el maestro Emilio Lledó, nos es preciso recordar que «la defensa de lo público hace vivir a la democracia», porque debemos recordar que degradar lo público nos hace insolidarios, individualistas, pretenciosos y avariciosos, pero también pone en peligro la democracia, que como Aranguren sentenciaba, es frágil, siempre está por hacer, es una conquista diaria, una labor infinita que diría Kant, y precisa de ciudadanos y ciudadanas libres. Porque la democracia es mucho más que votar cada cuatro años. Y el verdadero sustento de una sociedad es la educación, la ciencia, la ética, y la cultura, que son, como señalaba Edward W. Said «el único camino hacia la reconciliación» entre los seres humanos. Y este camino lo dibujan cada mañana en escuelas e institutos los maestros y los profesores que alumbran el futuro con su sensibilidad, su inteligencia, y su sabe hacer.
No podemos permitir que nos operen nuestros cerebros con recortes y austeridad. Ahora bien lo hacen con anestesia, haciéndonos ver que lo único que prima es lo económico. Y una sociedad que se centra tanto en lo económico estamos creando ciudadanos para el futuro que sólo pensarán en realizar actos, estudios, o acciones por el simple hecho de ganar dinero, obsesionados con el simple hecho del beneficio económico, olvidando la necesidad de realizarse como personas. Así que hay que hacer un llamamiento a la acción porque, como Hannah Arendt nos recordaba, una vida sin discurso ni acción está literalmente muerta para el mundo. Y la solución pasa inevitablemente por la educación libre y laica, y en condiciones dignas, y ella supone el verdadero camino hacia el progreso de la democracia.
No nos callemos, no restemos en silencio, porque la apatía y la indiferencia suponen complicidad para con el desmantelamiento del Estado de Bienestar que se está llevando a cabo desde las administraciones. ¿Cuánto sufrimiento social estamos dispuestos a tolerar antes de que sea demasiado tarde? Por tanto, necesitamos de la acción, del discurso, de la lucha, de la insurrección y de la revolución, para desarrollar una apertura real hacia el futuro.

Chuchi Camargo.
Siempre; gracias.