jueves, 21 de enero de 2010

Perfectas, opuestas.

Ojos penetrantes, sonrisa perfecta; rubia, de ojos marrones claros, se acerca a mí y ríe. Expone sus ideas y me mira. Sonrío de satisfacción al verla. Es preciosa, pienso. Su pelo corto y ondulado quiere llamarme, y si no lo hace es porque no tiene medios.
Tienes un nombre raro, pequeña inocente, pero es el nombre más especial que jamás encontré entre los arbustos de mi jardín.
La pequeña hada sonriente, preciosa autónomamente, la señala; señala a otro pequeño ser, de raza negra, de ojos marrones y perfectamente oscuros, no está sonriendo como su compañera, pero es igualmente perfecta. Las miro. Las contemplo de una manera especial, no podría vivir sin ninguna de ellas, aunque las acabo de descubrir. Ante mis ojos se miran la una a la otra, y la pequeña e inocente rubia le dice algo a la pequeña y risueña negra. Hablan en un idioma que no entiendo, y me gustaría entender: quiero saberlo todo sobre ellas, quiero que sean mías, quiero poder contemplarlas cuando quiera.
El hada de la oscuridad me mira recelosa; intento mostrarle que no soy un ser malvado, sonrío y ella se ruboriza. Jamás pensé que tendría la Perfección ante mis ojos.
Se miran y se abrazan, están contentas, o eso parece. Quiero saber quiénes son, de dónde viene, por qué han llegado a mi vida y qué quieren de mí. No consigo hablar; estoy abrumado de tanta belleza, intento dirigirme a mi primera aparición, el hada Rubia de ojos claros. La señalo. Ella ve que quiero decirle algo y se acerca. Con un minúsculo dedo dibuja letras en el aire, pero yo no puedo verlas, el rastro de "polvo de hadas" que deja es demasiado pequeño para mis ojos. Cuando se da cuenta de ello, repasa y repasa el contorno de las letras y puedo leer "HOLA". Hola, pequeño ser. Eres maravilloso, fantástico... ¿qué haces aquí?
Repasa y repasa y puedo leer: ¿AQUÍ? ¿QUÉ ES AQUÍ?
Me doy cuenta de que todo es más complejo de lo que me gustaría, y las acaricio, las he tocado por primera vez. Si su aspecto era magnífico, su tacto lo es más, y me enamoro perdidamente de las hadas opuestas...

Sonreid, bellas hadas, sonreid.

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