martes, 15 de marzo de 2011

Mi inercia.

Espacio. Alas. Caricias. Besos. Olvido. Semana de un día, minuto de un mes. Te busco en la pena, te encuentro en la risa... Te vuelvo a perder. Te quiero perder, no te quiero tener.
Destellos de estrella desprende tu risa, cuando de reojo me miras así. Remordimientos que atacan a mi alma con espadas puntiagudas. Remordimientos sin sentido, que me hacen responsable de que alguien me haya hecho responsable de todo. Especiales que se enfadan conmigo y me dicen que no les merezco la pena. Y miro sus ojos azulverdosos y no puedo reprimir las lágrimas con la chica del portátil pequeño en clase, que me hace reír con un disfraz de váter. Sigo como puedo hacia adelante, hablando de Dios y de sensaciones, pensando si realmente lo merezco o no. Y mientras, sonrío mientras alguien cuenta sus peripecias en su antigua clase, mirándome. Y una chica pelirroja suscita preguntas en una clase boquiabierta. Recibo un mail de un cotilla que se preocupa por mí y no sabe qué hacer. Falto a clase por primera vez en mucho tiempo y se preocupan por mí. Un chico que me trae y que me lleva me da las gracias por llamarle guapo. Mi madre llora de preocupación y me siento miserable. Hablo con gente con las que hacía siglos que no lo hacía, y no sé cómo me siento. Espero no perder a la rubia, pero temo que sí. Un chico de pelo largo me cuenta sus peripecias con una "chica inteligente". Un profesor, que ha venido sin gafas, se mete conmigo, y reímos. Y río. ¿Río?
Veo África en sus ojos, mientras me habla de Dios, de su "experiencia con Dios", y la admiro. Adiro que pueda ver todo lo que dice en las personas. Y pienso quíen soy, en quién me he convertido (me ha convertido... todo esto). Y me enamoro de todo y me decepciono constantemente de mí misma. Un profesor de ética nos dice que una relación no es más que un vínculo, casi involuntario, que se crea cuando lo importante es la relación en sí y no lo que pueda suceder; es decir, que los hechos no importan tanto como la prpia relación, sino que, pasara lo que pasara, la relación se mantendría. Y quizá tenga razón, Carme, cuando el profe dice que no mantenemos relaciones con nada ni con nadie (obviemos el ejemplo de la luna, por favor...). Realmente no hay nada tan especial, tan auténtico, como para no tener en cuenta lo que haga la otra persona. Ni amistad, ni amores, ni siquiera nuestros queridos amores platónicos... creo.
Mi idealismo, mi idea del mundo ideal posible se va deshaciendo como en el Platón maduro (que no viejo, Andrés, tranquilo). Sin embargo creo seguir viendo destellos en miradas. Esta vez miradas marrones, pues las verdes se alejaron y las azules se intentan alejar. Y sin embargo también creo sentir que esta vida merece la pena pese a todo. Y sin embargo no odio a nadie, pese a que repudie algunas ideas que me vienen a la cabeza. Sin embargo, sigo teniendo ansias por hacer algo en la vida, aquello que miles de veces traté de inculcar a la gente, como si fuera madre de alguien.
pero, sin embargo, no dejan mis escritos (muy personales, Tomeu, como ya te habrás dado cuenta [siento haberte defraudado]) de estar teñidos de este pesismismo, de este "no haber llegado a"... a nada. Ni a su amiga, ni a convencer a nadie... pero... ¿ por qué debía hacerlo?
Sí, cuando volvimos a acercarnos quería llegar a ser su amiga verdaderamente, que confiase en mí, que me tuviese en cuenta, sin embargo, parece no ser posible, pues soy yo (y no ella) la que no merece la pena, cosa ya sabida... pero igualmente dolorosa. Aún así, todo ocurre por algo, o no, pero ocurre y no debemos quedarnos ahí, mirándolo y reflexionándolo, sino que debemos digerirlo de la mejor manera posible. Al igual de que el hecho de convencer a nadie de algo que no quiere creer...
y yo sigo aquí, con mi esencia, que dice Chuchi, aunque aún ni siquiera sepa cuál es, con mis pensamientos y mis emociones, con mis opiniones, con mis ápices de locura y con mi confianza (poca, ya...) en el ser humano.
Y, mientras escucho Luis Pastor, a las 2.16 de la mañana, voy regando mi esperanza poco a poco, fijándome en lo mejor de cada uno, en esa sonrisa, pero en aquella mirada, pero en sus palabras, por supuesto, pero en como dice Mariana que mis ojos se enamoran en clase de ciudadanía, pero también en como hacen una broma cruel y a la vez graciosa...
Por inercia, pero con un poquito de mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario