viernes, 4 de junio de 2010

Rutina desfamiliarizada...

Vivimos en una constante vitalicia de velocidad, campos, toros y trenes rojos y amarillos, o rosas y blancos, en su defecto.

Van pasando estaciones, una a una me pregunto cómo será ese pueblo que lleva por nombre “Lebrija” o “Marratxí”.

Sí, es cierto, estoy acostumbrada a viajar en tren; viajo en tren dos veces al día. Lo que me sorprende de este viaje es, a parte del precio de los billetes (8’80€), la tristeza con la que todos los viajantes parecen haber venido.

Cojo un tren diario para seguir con mi rutina; universidad y vuelta a casa, casa y vuelta a la universidad. Pero hoy es diferente. Viajo en tren, ahora mismo, en este mismo instante para poder volver mañana a esa rutina universitaria doméstica. Pero, antes de estar en este tren tuve que dejar atrás a muchas personas, las dejé atrás hace tiempo. Pero el cariño, el amor, “la sangre”, como se dice por aquí, me hace volver de vez en cuando a mis seres más queridos.

He estado con vosotros apenas 3 días, pero he vuelto a sentir que sois los más importantes en mi vida; mi familia.

Francisco Javier, Anabel, Vicente, Antoñito, Tania, Zahira, Alejandra, Nerea, Daniela, David y ahora también, “el Ortega”. Todos y cada uno de vosotros sois para mí muy importantes. Me he criado con vosotros aunque ya parezca muy lejano.

Llego aquí y me siento una extraña. Cada uno sigue con su rutina; residencia, autoescuela, restaurante, institutos, colegios y demás… Yo también tengo una rutina, muy lejos de vosotros, pero la tengo. Y no me desagrada tener una rutina, lo que me desagrada, lo que me entristece, es tenerla tan lejana a vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario