jueves, 16 de junio de 2011

Maleta pesada.

Ente sábanas de una cama prestada, llena de peluches y de ilusión recorto fotos de las que me enamoro. Estoy lejos de casa... pero tan cerca de lo familiar que hoy no sé muy bien cuál es mi verdadero sitio. He desayunado y os he llevado al cole, mirando vuestra forma de caminar, la manera en que Alejandra mete los pies hacia adentro y Nerea se sube el pantalón de vez en cuando, pero deja su barriguita fuera. Te giras, me miras y sonríes... Es preciosa, pienso. Miro las fotos que hicimos ayer y me enamoro de vosotros como el primer día, y siento que debería estar aquí, haciéndoos fotos todo el año, todos los días...
Ahora recuerdo que ayer, cogida del brazo por una señora algo ancianita que se queja de no poder andar, saliste a la calle y me viste. Viniste corriendo hacia mí y casi tiras a Mamá Juana del abrazo de que me diste. No cabía en mí. Hiciste que me sintiera querida, que me sintiera importante para ti, que sintiera que aún no te olvidaste de mí, que aún no has crecido lo suficiente como para dejarme atrás. Por la noche, converso con tu madre sobre ti, tus problemas psicológicos y alguna forma de mejorarlo, y coincidimos en que, si estuviese yo aquí, pronto dejarías de sentirte así...
Te quiero tanto, pienso mientras tu madre me cuenta algunas anécdotas del cole.
Por la mañana despiertas, abres tus gigantescos ojos verdes (un poquito más oscuros, según tú), sonríes y dices un "buenos días" muy enérgico, pero no lo suficientemente alegre para tu edad. Te sonrío y te devuelvo el saludo. "¿no le vas a dar un beso a tu prima?" Dices desde arriba de tu torre, y voy corriendo a dártelo. Despierta algo después la gordita (lleva durmiendo 12 horas), sonríe y pide bibi, y ahora le doy un beso a ella. Bajas de un salto, te vistes, te peinas, te tomas tu cola-cao y coges tu maleta. Te pregunto si pesa y me dices que no, pero sí pesa. Pesa porque en ella llevas demasiada responsabilidad; 10 años, toda la vida por delante y un sinfín de pesos que poco a poco te echas y te echan encima... "Eres igualita a tu prima Mary", oímos decir casi siempre... y en esto, una vez más, tienen razón. No es el camino correcto, y creo estar capacitada para decírtelo, pues llevo en él ya 20 años... no es tu responsabilidad, que decían aquellos ojos negros, y hoy me toca a mí decírtelo a ti.
No me basta con que sonrías dos semanas al año... Devolverte la infancia no será nada fácil... pero que sea difícil quiere decir que es posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario