miércoles, 27 de abril de 2011

desencantamiento social

Así es una ablación de clítoris en un poblado beduino: un mes antes, la madre de la niña le explica en qué consiste, su finalidad y la importancia de no resistirse. Entonces una mañana, cuando no hay presencia masculina en la casa y a plena luz del día, llegan varias mujeres a la casa de la niña. Una se dedica a taparle la boca para que no chille y el resto se esfuerza en cogerla de las manos y piernas para que no se resista. Para que no moleste durante el acto. Entonces, la mujer con más experiencia y 'habilidad', lava con jabón y agua el clítoris de la niña. Procede a la mutilación con un cuchillo especial y pequeño, nada que ver con las cuchillas viejas de afeitar del pasado. Las mujeres limpian el charco de la sangre derramada. En muchas ocasiones, la chica se desmaya. En otras, llora de impotencia. Siempre, grita de dolor. Un grito en medio del desierto.
Un grito en medio del desierto. La niña grita; nosotros gritamos por ella, y seguimos sin ser escuchados, seguimos en un desierto, pero esta vez en un desierto poblado de gente que quiere mirar hacia otro lado. Seguimos viendo día a día hechos tan horrorosos, tan desagradables como estos, y aún así; Nada.
Hablaba con un antiguo compañero de clase sobre este tipo de temas y me comentaba que eran simplemente tradición, que no tenían importancia. Yo intentaba que se diese cuenta de que una tradición es respetable siempre y cuando no haga daño a nadie, siempre que respete la dignidad de la persona, tanto física como psíquicamente. Creo que lo entiende.
Voy a mi casa y no paro de pensar cómo sería mi vida con semejante trauma a la espalda; un dolor insoportable, gritos, silencio, lágrimas... ¿cómo puede una niña a la que han arrancado vilmente una parte de su cuerpo, volver a pensar en ella misma como individuo? Me gustaría saber qué explica la madre a la niña antes de hacerlo; Tienen que amputarle una parte de su anatomía porque no es lícito que la mujer sienta placer, porque hemos de ser subordinadas siempre al macho... ¿? "Me da rabia que los que apoyan este crimen físico y psicológico hablen en nombre del Islam. La religión musulmana no da permiso para esta barbaridad. Mi hija tiene derecho a disfrutar de su cuerpo. Si Alá hubiese querido que no tuviera placer sexual, la habría concebido de otra forma" nos dice una madre beduina, académica y decidida a ser una barrera entre su niña y el cuchillo del pasado.


Ojalá, señores... ojalá fuese cuchillo del pasado, y no del siglo XXI.
Qué vergüenza de mundo; ablación de clítoris, muertes por lapidación, pena de muerte, torturas, maltrato doméstico, intolerancia racial, sexual, hambre, epidemias...


Esto sí que produce desencantamiento social, y no es anomia, en tanto que no surge de un cambio radical, sino de todo lo contrario. Y seguimos aquí, viendo la tele, niños rodeados de moscas, denuncias... tan ricamente, en casita.



http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/29/orienteproximo/1217289407.html

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