domingo, 7 de octubre de 2012

Volando sobre ti.

En algún lugar, entre este amasijo de luces que puedo ver por debajo de mí, estás tú.
Esta vez me voy sin haberte visto, me voy sintiéndome mal por la verdad y por los pensamientos "de mentira". He pasado por Callao; el cine ya no estaba en obras, pero nosotros -yo-, sí. He vuelto a entrar en la Fnac, pero nadie me ha explicado nada sobre objetivos de cámaras ni sobre arte en mi piel. 
Esta vez no he comido pizza ni he dibujado mientras me pintaban. El chocolate y los churros han resistido y no se han emparejado, como tú y yo. Durmiendo en un hotel parecido, quizá eché de menos tu nevera, tus manos llenas de aguas y piel de tortugas. La última vez que hice este camino tú te quedabas mal; "dame un abrazo, por favor". Ahora ni siquiera sé cómo te quedas. Aunque sí sé cómo me voy yo. 
No haberte podido ver, haber sentido el reflejo de la ira en mis pensamientos, haber oído la voz de Marwan han hecho de Madrid un contraste de sensaciones. Ni sé qué soy ni por qué ni qué siento -lo que siento-. Te digo que me siento mal y veo en tu icono tu cara más triste; la más sincera o la más culpable y embustera. Quizá sí tuve razón al escribir que jamás fui nadie para ti -aunque eso nunca importó- o quizá todo lo contrario... 

Volando sobre ti de la única manera que no me gustaría hacerlo... De forma literal. 

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