martes, 4 de octubre de 2011

Ultranivelado, su cadera y la resurrección de Ella.

Ella creía recordar haber hablado de "resurrección" propia en alguna ocasión, refiriéndose a resurrección en distintos sentidos; en el de las tortugas errantes, en el de volver a sonreír y, últimamente, en el de volver a desear (aquello de la cadera). Hoy (y además con el dueño de la cadera), se había vuelto a sentir resucitada. Había visto la cadera de nuevo, y no sólo la cadera. De repente su compañero Ultranivelado bajó, dejándole ver parte de su espalda y se agachó, dejándole así ver nuevamente su cadera, su forma de caminar, y su espalda. Además, él pensó que lo había hecho muy descaradamente, y así se lo declaró a ella. Ella, que lo había hecho todo inconscientemente, se dio cuenta de que Ultranivelado tenía razón, y se volvió a ruborizar. Desnivelado reía, y ella resucitaba nuevamente. Su espalda, su cadera y su sonrisa la habían devuelto hoy a la vida sexual. Una vida sexual que no existía físicamente (pero recordemos aquello de qué tendrá que ver el físico con el sexo? que tanto gustó a Filobi). No había existido un ápice de sexualidad propiamente física, pero en su mente... En su mente había existido todo, incluso lo que realmente jamás podría existir (claro que ella pensaba que nada podría existir realmente, se conformaba [y se conforma] con lo que es capaz de imaginar). Había estado pensando durante mucha parte del día en todo esto de la resurrección sexual, y llegaba a conclusiones tales como que, si ahora su pensamiento había resucitado de tal manera, quizá su cuerpo no tardaría mucho en hacerlo (El sexo es psicología?). Sonrió al pensar que a Filobi le había contado sus traumas sexuales, y ésto le llevó a Cejas, que se había portado con ella maravillosamente genial, aún sin merecerlo, quizá.
Si hoy he vuelto a desear a alguien, he vuelto a desear sexualmente a una persona, quizá mi sexualidad no había muerto totalmente... qué leches, no había muerto, sólo la habían enterrado. Bueno, el caso es que había que desenterrarla, y tal vez a empujones no se podía hacer, y por eso hasta ahora ha sido tan difícil, pero... pero hoy ha despertado ella sola; un par de movimientos, una cadera y.. voilà! Sigo siendo una "persona sexual" (aquello de las etiquetas)... Quizá sea el principio de la resurrección total!!
Estaba feliz; llevaba meses forzando la resurrección (quizá no sea un buen término para denominarla, pero ella lo hizo así) y hoy, en un día normal, cotidiano, rutinario casi, había sentido dentro de sí aquella llama. Llama que tan sólo tenía que ver con ella, pues Ultranivelado ni siquiera sabía que era el detonante para que apareciese. Llama que, una vez más, no era más que producto de su imaginación... Bueno, y de sus sentidos, esta vez, pues realmente Ultranivelado estaba allí, presente físicamente, mostrando sus encantos sin siquiera saber que lo hace, y sin siquiera saber que los tiene, probablemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario