miércoles, 1 de julio de 2009

niños, adultos... PERSONAS

-Te lo tienes que comer todo, como los niños mayores, ¿no quieres ser alta y fuerte como papá?
y nos lo comíamos todo, unas veces sí, otras veces, pataleando, no.
Jugábamos en la calle con los primos, los amigos, los compañeros del colegio... en fin, jugábamos!
y decíamos: a mí me gusta Fulanito de tal, y venía Fulanito de tal, te miraba sonriente y sonrojado y te daba un besito en la mejilla.
Ajenos a toda nuestra vida, ella iba pasando sola por los caminos del tiempo (que no existe, por otra parte, aunque existan los relojes), y así éramos felices, viendo dibujos animados en el sofá o comiendo pan con nocilla para merendar.
y de repente, un buen día te das cuenta de que ya no eres un niño, de que ya no hace falta que te digan que te lo comas todo porque, simplemente, vas a comer si tienes hambre, de que ya no sales a jugar fuera porque, simplemente, ya no juegas, te entretienes, te diviertes de otras maneras, y ya no dices me gusta Fulanito de Tal, sino que miras a Fulanito de tal de una manera diferente, que hacen que todos los que te rodean se den cuenta de que te gusta, de que te atrae, y Fulanito de Tal te mira sonriente, sonrojado, tímido, y se va... y tú sigues esperando una nueva oportunidad.
Ajenos a nuestra vida, aún ella sola iba pasando por los páramos de ese tiempo inexistente, y nuestro cuerpo, a la vez que nuestra mente y quizá nuestra moral, iban creciendo, madurando (o no), sin nosotros ser conscientes de ello. Amigos en la adolescencia que pueden o no llevarte por un mal camino, compañeros de clase, de andanzas, de aventuras nocturnas que, poco a poco, van tomando su camino. Uno decide estudiar medicina, otro dejó los estudios hace tiempo y trabaja en la obra, el típico indeciso que no sabe qué debe hacer, la chica ligerita de cascos que pasa los días sin hacer nada, aquella buena amiga que intenta vivir a pesar de los problemas...
siempre estarán ahí, lo sabes, al igual que sabes que ya jamás será lo mismo, porque todo ese tiempo de juegos, meriendas y besitos en la mejilla, ya pasó.

que fácil era cuando, si había un problema sólo había que decir:
-Vale, vale, empezamos el juego de nuevo!!

¡¡Quién pudiese ir y volver a ese mundo, sin renunciar a ser adulto, crítico, tolerante, amante y niño!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario