domingo, 26 de julio de 2009

niña bonita


Desde que nació era una hermosura. El típico bebé gordito, risueño, con ojos claros, que "fa toquera" como diría cierta persona (^^).
A medida que iba creciendo, iba creciendo también su belleza, a los dos añitos impresionaba a la gente con su berborrea y su palabrería casi inventada. Todos giraban la cabeza al pasar para poder contemplarla, su rizado cabello castaño, junto con sus ojitos claros, eran unas de las características más "simpáticas" de esta preciosa niña.
De nombre Paz, a veces parecía que le habían puesto el nombre después de haber predecido su belleza; podría perfectamente hacer un anuncio publicitario a favor de la paz.
A los quince años, Paz ya era toda una muchachita; sus rosados labios se habían convertido en atractivos y dulces, sus ojos claros seguían brindando miradas alborotadoras que acariciaban el alma, su pelo y su cuerpo, en cambio, ya no eran párvulos; su cuerpo había tomado la forma más femenina que puedas imaginar, sus pechos sobresalían de su cuerpo redondeadamente, su cintura se acurvaba sin previo aviso, al igual que la curva de sus caderas nos hacía predecir un futuro aún más femenino, si era posible... sus piernas torneadas daban alegría a todo aquél que la viese pasar, su pelo, largo y rizado, paloma viajera en el tiempo, volaba chocando con su espalda cada dos minutos... Tan sensual, tan adulta... pero tan niña y dulce.
Sus ojos aún miraban con dulzura y su cuerpo aún ni siquiera había pensado de forma adulta.
Bella, se dirigía hacia su casa, cuando, de repente, un hombre se acercó a ella, la acorraló y tapó su dulce boca; le decía palabras que ella no conocía. Ella, asustada intentaba deshacerse de él, pero no podía. Empezó a tocarle y a besarle el cuello sin tener consideración en su poco consentimiento. La niña bonita lloraba. Él la deseaba, la deseaba en ese momento, y nada ni nadie podría impedirlo; la llevó cuidadosa, pero fuertemente a un campo cercano, la tumbó en la verde hierba fresca, que proporcionó a la niña una agradable sensación de compañía. Y ella seguía intentando deshacerse de la bestia, intentaba gritar, pero no podía. Metió su mano entre las piernas de la niña bonita, rompió su ropa, y lo hizo.
La dejó ahí, muerta, emocionalmente hablando, y se fue.
Encontraron a la niña bonita en el mismo sitio donde la bestia le había dejado; semi desnuda, con una mirada desgarradora, que desgarraba como a ella le habían desgarrado...
Sus labios no decían nada y su mirada temía a todo aquel que veía, su pelo, recogido ahora, no volaba con el viento.
La niña bonita perdió su dulzura, la niña bonita sufrió, la niña bonita murió...


Por todas las niñas bonitas a las que le roban su vida... ÁNIMO!!


Contra todas las bestias, ladrones de vida...

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